lunes, 21 de agosto de 2017

SUPERACIÓN PERSONAL EN AJEDREZ - Horacio Kiel

 

Si todo el mundo soñara el mismo sueño nadie sabría estar durmiendo toda su vida. El Ajedrez nos habla mucho sobre las ilusiones, las fallas en la percepción de la realidad o de un hecho en un medio posible, ya sea el mundo o el damero. El damero del mundo, con casillas claras y oscuras, nos muestra la esencia de las múltiples posibilidades que nos llevan sin embargo a una única resolución o destino final. Si logramos despertar notamos que a veces nuestros adversarios sueñan sus propios sueños, tienen fantasías que los conducen directamente al abismo; y notamos entonces de dónde procede nuestra fuerza de juego. Finalmente es difícil separar ese estado mental espiritual que nos permite fluir en el tablero, de la experiencia y los aspectos técnicos que vamos adquiriendo, porque, tal como las casillas claras y oscuras, el límite es imperceptible y la fusión es siempre inevitable para sentir como flotamos libres de la ilusión. No tanto como una búsqueda de lo absoluto ni tampoco cayendo en el idealismo pues es este un juego para alicar prácticamente nuestras capacidades, sólo un ejercicio mental, psíquico, espiritual, físico, moral, social nos hará ver la esencia misma del juego. Si no lo logramos, el intento vale todos los esfuerzos. Esto consume mucha energía, nos transforma.

Un simple peón puede trascender y coronar si cumple su misión en la vida, en medio de fuerzas poderosas que interactúan en un medio posible. Sé que el objetivo es dar mate al Rey y vencer un estado de cosas para cambiarlo por otro, y cuando lo logramos, nosotros también nos transformamos. 

Que Caissa los encuentre siempre unidos, y en la lucha.

Horacio Kiel
 

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