miércoles, 1 de agosto de 2018

La Foto del Recuerdo - Lyudmila Rudenko, la ajedrecista que salvó niños durante el Asedio de Leningrado



Lyudmila Rudenko, la ajedrecista que salvó niños durante el Asedio de Leningrado.

La segunda mujer en la historia en lograr el título mundial de ajedrez siempre destacó como su mayor logro en la vida el plan de evacuación de niños durante la Segunda Guerra Mundial

Una inteligencia privilegiada para ganar al ajedrez, grandes cualidades deportivas para destacar en natación y un espíritu emprendedor y solidario para salvar vidas durante la Segunda Guerra Mundial. Así fue Lyudmila Rudenko, una referencia en el deporte femenino que logró el título mundial de ajedrez y el recién creado de Gran Maestra, además de ser la primera mujer galardonada con el reconocimiento de Maestro Internacional. Sin embargo, cuando era preguntada por el mayor logro de su vida siempre destacaba el plan de evacuación de niños durante el Asedio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial.

Lyudmila Vladimirovna Rudenko nació tal día como hoy, 27 de julio, de hace 114 años, en 1904, en Lubny (actual Ucrania). Durante su etapa en la escuela primaria practicó natación y aprendió a jugar al ajedrez. Al terminar esta primera fase educativa su familia se trasladó a Odessa, y allí la joven Lyudmila se convirtió en campeona local de natación en la prueba de 400 metros libres. En los estudios, Lyudmila Rudenko se decantó por la Gramática y la Economía. Entonces dejó la sacrificada natación para aspirar profesionalmente a vivir de su carrera de Economía, en la que se graduó, y mantuvo el ajedrez como su gran afición.

Cuando en 1925 empezó a trabajar en un comité de planificación económica de la Unión Soviética, Lyudmila Rudenko se trasladó a Moscú, y fue en ese momento cuando empezó a participar en pequeños campeonatos de ajedrez, más para mantener viva su afición que con afán competitivo, aunque logró el campeonato de mujeres de Moscú.

Con 25 años, en 1929, Lyudmila Rudenko se mudó a Leningrado, donde continuó con su trabajo como planificadora económica para el gobierno soviético. Allí contrajo matrimonio con el pionero cibernético Lev Davidovich Goldstein y dio a luz a un hijo en 1931 al que llamaron Vladimir. En Leningrado comenzó a entrenar con el maestro de ajedrez Peter Romanovsky y ganó el campeonato de mujeres en tres ocasiones.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en el episodio conocido como el Asedio de Leningrado, uno de los más cruentos con más de un millón de muertos a lo largo de 900 días de cerco de la ciudad entre 1941 y 1944, Lyudmila organizó la evacuación de los hijos de los trabajadores de las fábricas, una hazaña que consideró siempre el logro más importante y trascendente de su vida.

Acababa la atrocidad de la contienda mundial, Lyudmila Rudenkovivió su primera exposición pública en el escenario del deporte. Su participación en un campeonato de ajedrez emitido por radio en 1946 entre la Unión Soviética y Gran Bretaña, en el que derrotó a Rowena Bruce en sus dos juegos para ayudar a su equipo a ganar el título, significó su despegue en este deporte. En ese momento comenzó a alcanzar la cima del ajedrez femenino internacional, con 40 años cumplidos.

Lyudmila Rudenko, que compitió con 16 jugadoras de 12 países, se proclamó vencedora del campeonato con un balance final de 9 victorias, 5 empates y una derrota, obteniendo el título de Maestro Internacional (IM). El dominio de la antigua Unión Soviética era tan abrumador que las cuatro primeras clasificadas fueron rusas: Rudenko, Rubtsova, Borisenko, Bykova.

En 1952 Rudenko se proclamó campeona femenina de Rusia y mantuvo el título mundial hasta un año más tarde, cuando perdió el siguiente campeonato con su compatriota Elizaveta Bykova con un balance de 5 victorias, 2 empates y 7 derrotas. En 1976, junto a varias jugadoras veteranas, Lyudmila Rudenko recibió el recién creado título de Gran Maestra (Woman Grandmaster), que sólo han logrado hasta la fecha 28 jugadoras.

Lyudmila Rudenko falleció el 4 de marzo de 1986, a los 81 años, pero el significado de sus logros, la calidad de su juego y, sobre todo, su personalidad arrolladora contribuyeron a que su recuerdo se mantenga vivo al ingresar, en 2015, en el Salón de la Fama del Ajedrez Mundial.

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