Raúl Pérez no solo visitaba todas las escuelas primarias de nuestro querido pueblo de Güines, sino también se las manejaba para ir a los hogares, de puerta en puerta: "He hablado con la maestra de su hijo o hija, puedo enseñarle un deporte que parece un juego, que lo va a impulsar en la creatividad, la lógica, a tolerar la frustración cuando llegan las derrotas, a ser curioso, disciplinado... Por favor, denme la oportunidad de enseñarle. Raúl entrenó a mis primos, a mí, a mi hermano menor... a tantos! ¡Y lo sigue haciendo! Lo conocí con 6 años de edad, hoy tengo 52 y sigo resolviendo problemas de mi vida diaria con la seguridad de sus enseñanzas y de otros, pero primero, de Raúl Pérez, nuestro brujito ajedrecístico.
Muchas gracias por haberle dedicado un espacio.
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