«Nadie
podía vaticinar que un desconocido Pillsbury hiciera algo importante en
el durísimo Torneo de Hastings. Imagínese entonces el interés que
surgió cuando este joven
procedió a ganar partida tras partida con una facilidad y exactitud
asombrosas.
Imagine si puede el entusiasmo de los espectadores cuando se llegó a la
ronda
final. Tres jugadores competían por el primer premio: Pillsbury con 15
puntos,
Tschigorin con 15, y Lasker con 14. Lasker, como correspondía a un
Campeón del
Mundo, tumbó a Burn en 20 movimientos. Tschigorin tuvo algunos problemas
para
someter a Schlechter, pero finalmente ganó una larga partida. Pillsbury,
por su
parte, pensando que un empate sería suficiente para ganar el torneo,
jugó una
apertura dócil contra Gunsberg, permitiendo que la mayor parte de las
piezas
fuesen cambiadas. De pronto, viendo cómo transcurrían las otras partidas
y consciente
del peligro de ser superado, Pillsbury comenzó a jugar con la energía y
el
brillo con el que había eliminado previamente a Tarrasch, Steinitz,
Janowsky,
Pollock y Burn. Su admirable manejo del final fue descrito por Reinfeld:
"De repente, las cosas empezaron a sucederse en el tablero de Pillsbury:
el insípido final de rey y peones volvió a la vida. ¿Pillsbury sacrificó
un precioso
peón, o lo perdió? Permitió a Gunsberg crear peones pasados amenazadores
sobre
ambos lados, corriendo hacia la coronación. Parecía imposible que el rey
de
Pillsbury pudiera contener los peones en ambas alas. La emoción en la
sala del
torneo era insoportable ya que la situación apurada de Pillsbury se hizo
evidente a los espectadores. Sólo un hombre fue capaz de mantenerse
aparentemente
tranquilo: Pillsbury. Había calculado todo hasta el más delicado
detalle. Con
la inspiración del genio al rojo vivo, había intuido sus posibilidades
en una
posición aparentemente estéril, y con una precisión inexorable fue
realizando
las jugadas. Por fin, se llegó al punto que Pillsbury había previsto:
Grunsberg
inclinó el rey". Tan bellamente condujo Pillsbury este final que está
considerado como un clásico en el campo de los finales de caballo, así
como en
el de rey y peones.»
Irving
Chernev
Saludos,
LG
1 comentario:
Simplemente impecable y muy pero muy rescatables los esfuerzos que haces por salvar este precioso libro, gracias y muchísimas felicitaciones por regalarnos mucho de tu tiempo y esfuerzo.
Sería muy interesante que podamos rescatar de esta manera libros antiguos que están en sistema descriptivo o en formatos antiguos y pasarlo a cbv con mejor presentación y calidad de diagramas.
Mil gracias y que Dios me lo mantenga sanito.
Nando.
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