«Una de las grandes virtudes del ajedrez es
que nunca carece de sorpresas. Incluso los grandes maestros son sorprendidos a
veces. Tome este juego como ejemplo, donde Bobby Fischer juega para ganar una
torre por un caballo. Imagine su asombro al descubrir que ha caído en una
trampa profundamente oculta. Con el fin de ganar la calidad, Fischer ha tenido
que debilitar muy ligeramente su flanco de rey, y esta debilidad es explotada
por Olafsson a través de una serie de buenos movimientos. Por un tiempo parece
que Fischer igualará, pero Olafsson juega con contundencia y su posición se
hace cada vez más fuerte, con la creación de dos peones pasados conectados,
cuyo poder acaba volviéndose irresistible. El juego de Olafsson se muestra
sumamente elegante, y esta partida es un tesoro del ajedrez moderno.»
Irving
Chernev
Saludos,
LG
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