Adjunto mi 18ª crónica sobre el pequeño Magnus Carlsen (en aquellos
momentos con 11 años). Se trata sobre una partida que jugó en Alemania.
Con tantos viajes él sí podía decir que se estaba educando en la
mejor Universidad de todas, la de la ¡VIDA!; a diferencia de casi todos
nosotros que estamos encerrados permanentemente en un lugar de trabajo
soso, aburrido, triste y lúgubre y en donde no aprendemos "casi"
nada...
Ruego difusión:
Atentamente,
Angel Jiménez Arteaga.
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