El 28 de
noviembre de 2016 fallecía en San Petersburgo, a los 90 años, un grande en
dos disciplinas tan distintas (o no) como la música y el ajedrez. Como
concertista de piano, Mark Taimanov formó con su primera mujer, Lyubov
Bruk, un dúo conocido internacionalmente. Como gran maestro fue campeón de la
URSS en 1956 y estuvo entre los veinte mejores del mundo durante un cuarto de
siglo, entre 1946 y 1971. La historia fue cruel con él, sin embargo. Siempre
será recordado porque Bobby Fischer lo derrotó por 6-0 en 1971, en una de las
dos ocasiones en las que Taimanov fue candidato al título.
El
estadounidense estaba en su mejor momento. Ganó por idéntico resultado a Bent
Larsen, destrozó a Tigran Petrosian en la final del toneo de Candidatos y
un año después se proclamó campeón del
mundo, contra Boris Spassky. Los directivos soviéticos no atendieron
razones y Taimanov cayó en desgracia. Según cuenta Leonard Barden en The Guardian, su eliminación fue considerada un asunto de
estado. En la Unión Soviética no se entendía que un representante de la mejor
escuela de ajedrez del mundo pudiera ser barrido del tablero por un americano.
Se
le exigieron «explicaciones políticas» y cayó en desgracia. La consecuencia
principal del castigo (Spassky
también sufrió el suyo) es que dejó de viajar para asistir a torneos
y su carrera entró en declive. De puertas para adentro, la explicación oficial
fue que había introducido en el país un libro de Alexander Solzhenitsin, además
de unos pocos dólares y una revista holandesa de ajedrez. Su vida se convirtió
en un infierno. Perdió la asignación del estado, se le prohibió hablar con la
prensa o asistir a actos sociales y, como daño colateral, fue abandonado por su
mujer, en su matrimonio y en el piano. Pudo reconstruir su vida familiar varias
veces, ya que se casó hasta en cuatro ocasiones. En la última, fue padre de
gemelos a los 78 años.
Para
liberar a sus demonios, acabó escribiendo el libro «How I became Fischer’s
victim» (Cómo me convertí en la víctima de Fischer), sobre el duelo más
importante y desgraciado de su etapa como jugador de élite. En el ajedrez
también pudo levantarse, tras el derrumbamiento de la URSS. Jugó con más
intensidad que nunca y llegó a ser campeón del mundo de veteranos en dos
ocasiones, en 1993 y 1994. En diciembre el año pasado jugó un encuentro frente
a Viktor Korchnoi. Entre los dos sumaban la cifra récord de 173 años.
Mark
Taimanov había nacido en Jarkiv (Ucrania) el 7 de febrero de 1926, aunque su
familia se trasladó a San Petersburgo cuando él solo tenía seis meses. Su
madre, profesora de piano, le inculcó su amor por la música. Cuando tenía once
años, participó en la película «Beethoven concerto», aunque en el papel de
violinista.
En
el ajedrez, dio sus primeros pasos en el mítico Palacio de Pioneros de su
ciudad, ya conocida como Leningrado, dirigida por Mijail Botvinnik, quien más
tarde se convertiría en campeón del mundo. Consiguió el título de Gran Maestro
en 1952, a los 26 años, el doble de los que tenía Carlsen cuando lo consiguió.
A cambio, nunca abandonó su carrera musical y dio conciertos por todo el mundo.
Su
legado ajedrecístico incluye varias líneas de apertura que llevan su nombre, en
la defensa siciliana, la Benoni y la nimzoindia. Sus ideas se siguen utilizando
a menudo por jugadores de todo el mundo.
(Blog ABC)
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