Estimado profesor Matamoros:
Recordamos partidas históricas que no
se borran de la memoria, como la Fischer contra Donald Byrne. La Inmortal de
Anderssen, o la de la Opera de Morphy, pero en la que sigue, Misha Tal se
atreve en un Torneo Interzonal, con la envergadura que un torneo de esos tuvo,
de entregarle al erudito maestro de la preparación, Lajos Portisch, ¡¡una torre
y dos caballos!!.
¡¡SANTO CIELO!!:
UNA MENTE MARAVILLOSA:
Un fuerte
abrazo con el total orgullo de haber rescatado (y ampliado) esta crónica del
pasado.
Angel
Jiménez Arteaga (desde Tenerife - Islas Canarias - España)
No hay comentarios:
Publicar un comentario