Que decir de los campeones mundiales Lasker, Euwe y Botvinnik, profesionales vinculados directamente con las matemáticas, o de matemáticos como Leonard Euler y su conocido problema "La marcha del caballo": andar con el caballo por todas las casillas del tablero sin pasar dos veces en ninguna de ellas.
“Lo deja caer Leontxo García en su libro, Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas: existen auténticos niños prodigio en pocas disciplinas, quizá solo en tres, matemáticas, música y ajedrez. La expresión niño prodigio no significa aquí talento admirable para su edad, sino admirable en valor absoluto. Fuera de estas tres disciplinas existen genios adolescentes que escriben, que pintan o que juegan al fútbol, pero nunca llegan a disputar el mismo espacio que ocupan los genios adultos.”
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