Desde muy pequeño demostró condiciones innatas para el ajedrez: era un superdotado que a los tres años ya imploraba a sus padres que le enseñasen a jugar; a los cinco empezó a hacerlo con soltura y a los 11 se destacaba como subcampeón provincial. El gran maestro soviético Aleksandr Kotov comentó de él en una ocasión que si hubiera nacido en la Unión Soviética, habría sido un serio aspirante al título mundial. Pomar poseía facultades para haber estado en lo más alto del ajedrez, pero la España de posguerra no era un escenario adecuado para su preparación. Antes, al contrario, sus cualidades fueron aprovechadas por el régimen para exhibirlo como muestra de una pretendida inteligencia superior española para este juego. Bien es verdad que la presencia del niño prodigio en reportajes del NO-DO y en periódicos y revistas elevó el interés por el ajedrez en España como nunca ningún otro jugador lo había logrado antes.
Nacido el 1 de septiembre de 1931 en Palma de Mallorca, emigró a Madrid en 1944 donde estudió en el colegio de Areneros, regentado por los jesuitas. Con 12 años, Pomar se hizo célebre al hacer tablas en el Torneo Internacional de Gijón con el campeón del mundo Alendader Alekhine, quien alabó su forma de juego diciendo: «Pomar tiene unas dotes excepcionales de intuición para llegar a ser un gran jugador de ajedrez» (WIKI)
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