Estimado profesor Matamoros:
El
libro de Flohr que estamos aquí evaluando, al ser el maestro
checoeslovaco (luego terminaría con la nacionalidad soviética)
participante del II Gran Torneo Internacional de Moscú de 1935,
es tan bonito, que no nos importa parar en él el tiempo que haga falta
para terminar de valorarlo por completo, tardemos lo que tardemos,
porque dejar de comer (Moscú 1935) por haber comido (el libro se titula
"El reloj no se ha detenido"), NO ES TIEMPO PERDIDO.
Una guerra con cada herida en cada ser:
Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com
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