Magnus Carlsen está en general intratable y su nivel parece simplemente de otra liga. Sin embargo, de pronto llega un jugador menor y le vence. Esto habla de lo difícil que es el ajedrez incluso para el mejor jugador del mundo.
No hay duda de que Magnus Carlsen es el mejor ajedrecista del mundo hoy por hoy. El noruego ha ganado todos los torneos importantes que se pueden ganar.
Ha defendido con éxito el título de Campeón del Mundo hasta que hace poco decidió que no lo defendería, haciendo que el chino Ding Liren venciera a Ian Nepomniatchi, de Rusia, en un emocionante pero un tanto desangelado encuentro, pues el mejor jugador del planeta simplemente dejó de interesarle el título de Campeón Mundial.
Aún sin el título de Campeón del Mundo, Carlsen está en general intratable y su nivel parece simplemente de otra liga. Sin embargo, de pronto llega un jugador menor y le vence. Esto habla de lo difícil que es el ajedrez incluso para el mejor jugador del mundo.
En el torneo Qatar Masters, Alisher Suleymenov –de 23 años–, un gran maestro con 300 puntos Elo menos que Carlsen, lo venció con autoridad en una partida en donde el noruego no tuvo oportunidad.
Al término de la partida, Carlsen escribió en X (Twitter) al respecto del triunfo de su rival, inobjetable per se, pero en la visión de Carlsen, “es increíblemente frustrante ver que los organizadores no se han preocupado seriamente de controlar las posibilidades de que algún jugador use algún dispositivo (por ejemplo, un teléfono celular), para hacer trampa”.
Cabe señalar que Carlsen no acusó en ningún momento a Suleymenov de hacer trampa. De acuerdo con Tarjei J. Svensen, esta es la primera vez que Magnus Carlsen pierde contra un jugador de 2500 puntos Elo, desde su derrota contra Yannick Pelletier en 2015.
Cuando el mejor jugador del planeta se expresa, todos lo escuchan. Y las quejas a la falta de control de la organización para limitar relojes, teléfonos o cualquier otro dispositivo electrónico, mostró que, efectivamente, no se habían tomado medidas importantes en este rubro y la posibilidad de que ocurra algún tipo de trampa está latente.
Vamos, parodiando al viejo maestro Aron Nimzowitsch: “la amenaza es más fuerte que la ejecución”, y para el caso de las potenciales trampas, parece que así ocurre.
Carlsen ha puesto el dedo en la llaga desde que Hans Niemann le venciera en un torneo en el que aparentemente su rival no estaba ni siquiera medianamente concentrado en su partida contra el mejor jugador del mundo, asunto que no se ve con frecuencia.
La polémica entre Niemann y Carlsen llegaría a los tribunales estadunidenses, aunque parece ser que llegaron a algún acuerdo extrajudicial.
Hay que decir que uno de los grandes maestros más fuertes de Francia, Maxime Vachier-Lagrave, indicó que apoya a Carlsen, pues las trampas están dañando severamente al ajedrez. Dice el francés: “Estoy absolutamente de acuerdo (con Magnus Carlsen). Los jugadores tenemos que unirnos para que se tomen todas las medidas anti-trampas posibles en cada torneo”.
No obstante todo esto, hay quienes creen que los grandes maestros de élite no soportan perder con jugadores de menor calibre y que, en general, esto no pasa porque los de la élite casi siempre juegan con los de la élite, para decirlo de una manera directa.
Sin embargo, en este torneo de Qatar, la derrota de Carlsen frente a un jugador de mucho menor fuerza no fue la única sorpresa. Por ejemplo: Mukhiddin Madaminov (UZB, 2484) venció A Parham Maghsoodloo (2707); Robert Baskin (ALE, 2451) le ganó a Abhijeet Gupta (2609); Vaishali Rameshbabu (IND, 2448) venció a S P Sethuraman (2598), y Bakhrom Bakhrillaev (UZB, 2302) derrotó a Pranav V (2579).
Los triunfos de estos jugadores, de acuerdo con el GM Tisdall, tienen una explicación: “Tal vez el mayor cambio del ajedrez moderno es la falta de miedo de los jugadores jóvenes ante sus rivales de alto nivel. Es impresionante ver la falta de preocupación cuando estos chicos enfrentan a estos súper grandes maestros”.
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