Hace
2 semanas logré quedar Campeón Nacional Absoluto de Costa Rica, un
triunfo que es muy difícil de conseguir y que siempre es muy especial
por todo lo que implica, sin embargo ha sido también el evento más
extraño en el que he participado en ya más de 20 años de carrera:
Todo
parece indicar que si un jugador de más de 25 años se corona Campeón
Nacional no tiene mucha relevancia, no vende, no llama la atención, no
atrae, no es atractivo políticamente, no está de moda; quizás tendremos
que esperar a que alguien con 15 años lo logre para ver si se valora el
título como se merece.
Fue un
Campeonato Nacional sin premios económicos por primera vez desde que
juego y recuerdo, incluso en las peores crisis de la Federación se daba
algo, todo esto bajo la premisa de que ser Campeón nacional ya es un
honor suficiente, no hay necesidad de reconocer el mérito, esfuerzo, e
inversión que se hace para llegar ahí, confórmate con el trofeo, la
felicitación, y la satisfacción personal de ser el mejor del país,
¡bravo, lo lograste, un aplauso por favor!
¡Ah
esperen! también dice algo en las bases de competencia sobre una
"representación nacional" para el campeón como premio, ok suena bien,
quiere decir que representaré a Costa Rica en torneos internacionales,
voy a preguntar cuáles son, porque no se sabe.
Ok,
me dicen que son 2 torneos los que me garantizan, que luego de eso no
se sabe nada, que el presupuesto es muy limitado y hay que ayudar a los
seleccionados nacionales masculino y femenino con eso (14 personas), al
final otros seleccionados que no son campeones también irán a los mismos
eventos. Bien, qué bueno que se le ayude a la mayor cantidad de gente
posible, pero entonces, ¿cuál es la ventaja de ser campeón nacional
realmente? Pues la respuesta es que en la práctica casi ninguna.
Es
por esto que la famosa representación nacional como premio es una
falacia, una mentira, una excusa para no decir: no queremos dar premios,
no nos interesa lo que han invertido para llegar ahí, nosotros no
estamos para incentivar que sigan jugando y mejorando en el ajedrez, y
queremos guardarnos el dinero para otros fines.
Entiendo,
al menos ahora sabemos que esa es la mentalidad que se ha impuesto y
que la Federación no tiene idea de lo que hace a nivel de criterio
técnico y valor que debe darle a sus jugadores destacados. Algunos, muy
pocos, estamos intentando que este tipo de desaciertos cambien, pero
implica una lucha ardua porque la intención real de escuchar al
ajedrecista no existe, y la terquedad de quienes están al mando es muy
fuerte.
Yo intentaré seguir
haciendo méritos para ganarme lo que merezca, porque sé que aún tengo
mucho que dar como jugador y representante del deporte nacional, pero es
importante que sepan que yo ya no espero que la Federación me apoye
como considero que debió hacerlo desde hace muchos años, ya el tiempo
pasó, se perdió, y es imposible compensarlo del todo. En algún momento
hubo intenciones de apoyarme, pero algunos decidieron que eso no les
convenía, que eso no era lo que más les beneficiaría. Sin embargo no iré
de pobrecito por la vida, también cometí errores en el camino y uno de
ellos fue no confrontar a la maquinaria sombría que controla a la
Federación con vehemencia, ya sea por ignorancia o por pereza de entrar
en esos terrenos políticos, asumo mi cuota de responsabilidad.
Afortunadamente soy una persona ahora mucho más madura y sabia, y que
entiende la importancia de no quedarse en silencio cuando considere que
algo no está bien hecho.
Más allá
de si una entidad comete errores, y que hay que denunciarlos, quiero
cerrar con un aprendizaje muy importante para mí y que quizás pueda
ayudar a otras personas:
Nunca te
estanques esperando a que te reconozcan o te ayuden los demás, siempre
trata de hacer lo mejor que puedas por ti mismo, si das el máximo y
asumes la responsabilidad de tus decisiones las recompensas adecuadas
llegarán en el momento preciso.
Quiero
agradecer a todos quienes me han felicitado y reconocido el logro de
ser Campeón Nacional una vez más, hay mucho esfuerzo e inversión detrás
de ello y estoy muy orgulloso de la carrera que he hecho hasta ahora, ha
sido un bonito camino y me quedo con la satisfacción de haber inspirado
y ayudado a muchas personas a seguir mejorando. Pero no me estoy
despidiendo, simplemente es un nuevo comienzo con perspectivas más
claras y experiencia que sirve para seguir aportando lo mejor que tenga
al ajedrez nacional.
¡Nos vemos en el tablero! Ah, y también de vez en cuando en los despachos políticos...
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