lunes, 5 de marzo de 2018

La Foto del Recuerdo

 Bent Larsen: una mente olvidada

Tal vez fue una celada del amor o acaso las ansias de sumergirse en un modo de vida recoleto lejos de las capitales europeas, sede de los principales torneos de ajedrez, lo que lo sedujo; lo cierto es que hace 22 años el gran maestro dinamarqués Bent Larsen, de 69 años, una de las últimas leyendas de la historia de ese juego, eligió a la Argentina, un lugar donde construir la nueva morada.

Fue en 1982, tras la actuación en el Magistral de la ciudad de Mar del Plata, cuando el experto ajedrecista ejecutó el bizarro enroque en el que trocó piezas por casa y damas por esposa; formó pareja con Laura, una abogada argentina, y se mudaron a la ciudad de Martínez, un punto en el norte de Buenos Aires.
La carencia en el país de entrenadores de ajedrez en la alta competencia quizás alimentó la ilusión laboral en el seis veces campeón escandinavo y exclusivo maestro occidental con victorias ante los campeones mundiales, los rusos Botwinnik, Smyslov, Tal, Petrosian, Spassky y Karpov, y el norteamericano Bobby Fischer. Sin embargo, con más de dos décadas de paciencia y de espera, el veterano Bent Larsen lejos de sublevarse se debate patético en la orfandad; nunca recibió una propuesta de trabajo de parte de algún club o dirigente de ajedrez para ofrecerle la conducción de un grupo de jóvenes o avezados maestros.

Por supuesto que me hubiera gustado entrenar a jugadores o equipos para la alta competencia”, dice en una de las pocas respuestas extensas en la charla que mantuvo en su casa con LA NACION. “Creo que aún me siento preparado para ello, ya que no tendría inconvenientes en hacerlo, pero no soy el que debe decir si aquí se perdieron veinte años en poner en marcha un proyecto de este estilo”, explica Larsen, un gladiador del tablero con más de 4000 partidas como aval de experiencia. 

En una pequeña habitación, atiborrada de revistas, libros, recortes, diarios, enciclopedias y juegos de ajedrez, Larsen da señales de sentirse a gusto con ese desorden, un entorno que descubrió a los 6 años. Aunque nació en Tilsted (Dinamarca), su crianza e infancia transcurrió en la ciudad de Holstepro; a los 12 ingresó en un club de ajedrez y a los 19 se consagró como maestro internacional; a los 21 alcanzó el título de campeón de su país y el de gran maestro. En 1958, a los 23, llegó por primera vez a la Argentina y conquistó el torneo de Mar del Plata. 

“Por entonces estudiaba ingeniería, y aunque me faltaba un año para recibirme perdí las ganas; quizá los éxitos hacen difícil renunciar a algo y yo no me quise alejar del ajedrez”, dice con acento español, aunque podría ser en inglés, danés, alemán, francés, sueco, holandés o ruso, idiomas que domina como los movimientos del sesgo alfil.

Sin estridencias, destaca su admiración por el juego de Tigran Petrosian. “Nuestros conceptos básicos eran similares”, asegura. Entre los campeones mundiales elige el estilo del indio Vishwanathan Anand: “Es un jugador muy completo”, y de Garry Kasparov dice: “Es un jugador muy fuerte, aunque ahora declinó su juego”. 

Bent Larsen, que en 1988 se convirtió en el primer gran maestro que perdió en un torneo (Long Beach) frente a una máquina (Deep Thought) y, en 1993, el primero que venció a Deep Blue (conocida por sus matches ante Kasparov), enumera al sueco Ulf Andersson y al yugoslavo Svetozar Gligoric como los mejores amigos entre sus pares. Dice no ser supersticioso, aunque cree que la suerte es un don que les toca sólo a algunos. “Para llegar a ser campeón mundial, entre otras cosas, se necesita un poco de suerte y una fuerte federación nacional de respaldo.” 

Ascético por naturaleza sobre la situación actual de Bobby Fischer, detenido en Japón, dice: “Hace 25 años que no nos hablamos”. 

En cambio, se atreve a hablar sobre los ajedrecistas argentinos, opina que Oscar Panno es el sucesor natural de Miguel Najdorf; que no se puede hacer nada si Spangenberg no tiene ganas de jugar y que Zarnicki y Ricardi llegaron hasta cierto nivel. 

“Cámpora es un jugador valioso, con pocos conocimientos teóricos; logró muy buenos resultados”, y agrega: “Me sorprendió el buen nivel de Carolina Luján, entre las mujeres”. 

Mientras ultima los detalles con una editorial española para publicar un nuevo libro, “Mis selectas 100 partidas”, en voz alta suelta uno de sus aforismos predilectos sobre el ajedrez: “Es una hermosa amante a la que volvemos una y otra vez sin que importen las muchas veces que nos rechace”.

Bent Larsen, maestro por antonomasia, una mente lúcida cuyo olvido o carencia en las aulas argentinas golpea como un jaque procaz. 

Ficha personal

Fecha y lugar de nacimiento:

4 de marzo de 1935, en Tilsted (Dinamarca)

Empezó a jugar:

A los 6 años

Maestro internacional:

A los 19

Gran Maestro:

A los 21

Máximas conquistas:

Los interzonales de Amsterdam (1964), Sousse (1967) y Biel (1976).

Derrotó a los campeones mundiales: Botwinnik, Smyslov, Tal, Petrosian, Spassk
y, Karpov y Fischer.


La Nación
21 de septiembre de 2004  

Nota:
Bent Larsen murió en Buenos Aires, Argentina, el 9 de septiembre del 2010 a los 75 años.


 

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