domingo, 12 de junio de 2016

Fotos del Recuerdo por Zdenek Zavodny

Grandes bibliotecas de ajedrez
¿Qué pasará cuando su dueño ya no esté en este mundo?

David Bronstein
Pablo Morán amaba mucho el ajedrez. Hablo en
pasado, pues murió pocos años después de
vernos por primera vez.**** Morán sabía
que el fin estaba próximo y se apresuró a
hacer algo útil por el ajedrez español. Él
mismo me dijo que ofreció gratis su biblioteca
de ajedrez a la U niversidad de Oviedo,
pero no se la aceptaron. Arias niega que se
hiciese semejante oferta, pero yo me inclino
más a creer a Morán . Porque ahora también
a mí me preocupa el problema de a quién
dejar mis libros y mis archivos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

yo también me hago la misma pregunta. es bueno hacer un testamento al respecto y dejarle la biblioteca a alguien, o donarlos a alguna biblioteca. Lo del rechazo de la universidad de oviedo no me la creo mucho, por lo general, las bibliotecas aceptan los libros. saludos a todos.

Armando dijo...

Interesante dilema a solucionar. Hasta ahora no hay mejor garantía para conservar información que no sea la impresa en papel. Por eso es importante asegurar el resguardo de nuestros libros, para beneficio de las futuras generaciones. Desafortunadamente, los archivos en cintas de video o digitales no son garantía de que más adelante podamos tener acceso a ellos. En casa tenía cintas BETA y VHS que, al descomponerse las últimas maquinitas reproductoras, se quedaron abandonadas y acabaron en la basura enmohecidas y arrugadas... allí se fueron mis viejas películas de ajedrez y "La pasión del Ajedrez", de Kasparov. Lo mismo me ha pasado con con los archivos digitales en viejos discos flexibles y disquetes, ya no se encuentran maquinitas lectoras en el mercado y esos datos ya duermen el sueño de los justos. El mismo camino llevan mis CDs y DVDs, pronto los reproductores serán piezas de museo. Aun están vigentes las flash memorys... ¿por cuánto tiempo más? Ñe sogue la "nube"... ¿de quién es? ¿quién garantiza la permanencia de nuestros datos allí? Indiscutiblemente no hay como el papel para conservar la información, ojalá las bibliotecas públicas le hagan espacio a nuestros libros de ajedrez y estos queden en buenas manos. Saludos cordiales.

Armando

Alejandro dijo...

Siempre habrá gente que esté interesado en libros muy concretos. Hasta a mi me gustaría saber que pasará con mis libros, algunos de los cuales son ya hoy en día difíciles de encontrar. Siempre queda la Federación regional o Nacional de tu país, o mas cercanamente el propio Club de ajedrez al que se pertenece. Hay muchas ideas, ... hasta hay quien los vende en Internet ( la viuda usualmente ... ). En el caso de P. Morán yo también pienso que la opinión de Arias es la mas autorizada, si a cualquiera de nosotros se nos pudiese regalar una gran Biblioteca ¿ qué haríamos con ella ?, .. no todos tenemos tanto espacio ... o nos lo permite la mujer ( je, je ).
Ideas nunca faltarán ...

Anónimo dijo...

yo se los recibo maestro !
toda una casa para ellos !
pedroemiliobecerra27@gmail.com

Anónimo dijo...

Yo he escuchado casos en que las viudas directamente tiran a la calle la tan odiada colecciön del difunto. Ojo que las Bibliotecas no tienen obligaciön de recibir donaciones, mientras màs organizas estén, deben contar con una politica de desarrollo de la colecciön, quizas la bien amada coleccion personal no cuenta con el espacio requerido en esa biblioteca o no se encuentra en condiciones aceptables de conservaciön (por ej. si tienen olor a humedad, ese olor proviene de hongos que quizàs no sean visibles, pero que tienen un ràpido desarrollo y contagio al resto de la colecciön).
Por lo pronto, en mi caso, no pude mudarme de continente con mis 600 libros y mis colecciones de revistas, pero tengo la suerte que tener un amigo con casa grande que me las cuida en cajas hasta que retorne.
Siempre estimados, hay que consultar con el bibliotecario para saber si las recibiràn y saber si la colecciön quedarä alli o serä canjeada o descartada. Disfrutenla mientras puedan!!!
Saludos a todos, Martin

ERICH GONZALEZ dijo...

También tengo mi biblioteca inmensa junto con los vecinos de mi comunidad construimos un local; en donde, coloque todos mis libros donde los niños, jovenes y adultos los utilizan. Cada uno colabora en atender a los usuarios en sus horas asignadas. No se prestan para llevárselos a su casa, los utilizan en el salòn de la biblioteca. Cuando ya no este en este mundo mis hijos y mis nietos se encargaran de seguir con la labor.
Hay libros de ajedrez y de ingeniería; en físico y digitalizados.

Es la solución y un legado que e dejas a tu comunidad.

José1 dijo...

Yo pediré ser enterrado con mi inmensa biblioteca porque si supiera cuando voy a morir la vendería unos meses antes y despilfarraría todo el dinero.

José1.