Estimado profesor
Matamoros:
Los grandes ajedrecistas
venden siempre cara su derrota. Es normal. La mayoría de las veces arriesgan y
ganan, pero luego hay otras, ya menos, donde por forzar más de la cuenta,
pierden. Lo que me sorprendió en esta partida que sigue es que nuestra joven
representante tinerfeña, matuvo siempre el tipo desde una ¡posición de fuerza!:
Y
aquella estrella de allá ¡brillo y brilló!:
Un fuerte abrazo desde TENERIFE
- ISLAS CANARIAS - ESPAÑA
Angel Jiménez Arteaga
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