Las palabras quedan cortas al expresar lo que Raul ha hecho por el ajedrez. No solo en su natal y amada Guines, donde se ha quedado a vivir a pesar de su fama en cualquier país que ha visitado, como Panama, Trinidad y Tobago, Venezuela y Estados Unidos. Tuve la suerte de tenerlo viviendo en mi casa mientras jugaba el Segundo Open de Miami organizado por el Maestro Internacional Blas Lugo, y yo, que me había alejado un poco del ajedrez, reviví lo que era la pasión por este juego y su disfrute desinteresado cuando analicé con Raul sus partidas en la justa (que era inmediatamente que llegábamos del torneo) mientras comíamos a la vez.
Te deseo muchos años de salud Raul, porque al mundo le hacen falta gente como tú.
Jesus Suarez.
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