«Este es el mejor ejemplo que conozco para
comprender los misterios de las casillas negras. En esta partida, las blancas
consiguen un dominio absoluto de la posición a través del control de las
casillas negras. Los peones de su oponente están retenidos con garras de acero,
y son incapaces de moverse sin sufrir pérdidas. La consecuencia es que las
piezas detrás de los peones son incapaces de entrar en el juego. Las piezas
blancas, por su parte, no sufren restricciones y son libres de deambular por
todo el tablero. La explotación de la superioridad blanca es muy instructiva, y
el rey mismo da una notable exhibición de poderío en el final.»
Irving
Chernev
Saludos,
LG
NOTA: Esta partida y las que faltan ya van en el formato definitivo que tendrá el libro.
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